¿Es el dinero la raíz de todos los males?
“El amor al dinero es raíz de toda suerte de
cosas perjudiciales.” (1 Timoteo 6:10) El dinero no es lo que
causa los males; lo que los causa es “el amor al dinero”. El rey Salomón
de la Biblia, un hombre riquísimo, mencionó tres problemas que les sobrevienen
a los amantes del dinero.
- Inquietudes: “La abundancia que pertenece al rico no le permite dormir” (Eclesiastés 5:12).
- Insatisfacción: El que ama “la plata [nunca] estará satisfecho con plata”, ni el que ama “la riqueza[,] con los ingresos” que pueda obtener (Eclesiastés 5:10).
- La tentación de violar la ley: “El que se apresura a ganar riquezas no permanecerá inocente” (Proverbios 28:20).
¿Para qué sirve el dinero?
“El dinero es para una protección.” (Eclesiastés 7:12)
El dinero es muy engañoso (Marcos 4:19). Tiene el poder de hacerle creer a
la gente que puede comprar la felicidad y la seguridad, pero eso no es más
que un mito. Aun así, “resuelve muchos problemas” (Eclesiastés 10:19,
La Palabra de Dios para Todos). Por ejemplo, el dinero sirve para comprar
cosas básicas como comida y medicamentos (2 Tesalonicenses 3:12).También sirve para cuidar a la familia. De hecho,
la Biblia dice: “Si alguno no provee para los que son suyos, y
especialmente para los que son miembros de su casa, ha repudiado la fe y es
peor que una persona sin fe” (1 Timoteo 5:8).
¿Qué puede ayudarnos a usar sabiamente el dinero?
“Calcula los gastos.” (Lucas 14:28) El dinero debe usarse de una manera que
agrade a Dios (Lucas 16:9). Se debe emplear con responsabilidad y honradez
(Hebreos 13:18). Para evitar los problemas que surgen de vivir por encima de
los medios de uno, la Biblia aconseja: “Que su modo de vivir esté exento del
amor al dinero” (Hebreos 13:5).Elaborar un presupuesto que se ajuste a su situación y apegarse a él, es muy importante.
¿ Es "malo" endeudarse? La Biblia no condena las deudas, pero sí advierte
que “el que toma prestado es siervo del hombre que hace el préstamo”
(Proverbios 22:7). Evitar los gastos impulsivos es sabio, pues “todo el que es
apresurado se encamina de seguro a la carencia”, sí, a la pobreza (Proverbios
21:5). Lo mejor es separar algo de dinero según las posibilidades de uno y
ahorrarlo para las cosas importantes (1 Corintios 16:2).
La Biblia nos aconseja que nos acostumbremos a
dar (Lucas 6:38). Todo el que desea agradar a Dios debe ser generoso
porque Dios ama al que da con alegría (2 Corintios 9:7). De modo
que no olvide “hacer [el] bien y el compartir cosas con otros, porque
dichos sacrificios le son de mucho agrado a Dios” (Hebreos 13:16).
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